Dos amigas bilbaínas crean los pendientes que Ainhoa Arteta ha llevado en MasterChef

En el último programa del ‘talent’ culinario, la soprano eligió una creación ideada por Irama Pradera, de Joyería Pradera, en colaboración con Ana Osaba, de Musula, dos firmas locales de reconocido prestigio

MARÍA CALVO
Viernes, 16 octubre 2020, 14:26

RTVE

MasterChef se ha convertido en la revolución de la televisión, y más desde que se lanzó el formato ‘celebrity’, donde los famosos demuestran su destreza (y torpeza) en los fogones. Actualmente, estamos disfrutando de una quinta edición en la que compiten personalidades tan opuestas como el ex ciclista Perico Delgado o la ex política Celia Villalobos. Paralelamente al concurso culinario, y aunque el delantal oculte parte del show, los modelitos que llevan los aspirantes cada semana también dan mucho que hablar: desde los looks estrafalarios de la Terremoto de Alcorcón hasta el divertido barroquismo del estilista Josie, capaz de defender una camisa’ borbónica’, una capa de tafetán o un conjunto pijamero de Wafflie. Los estilismos de Samantha Vallejo-Nágera, que ejerce de miembro del jurado, también se someten a escrutinio. Aunque ella es la reina indiscutible de los pendientes XL, el pasado martes tuvo que ceder su particular corona a Ainhoa Arteta. Y es que la tolosarra fue capaz de poner el punto de glamour a una cocina de andar por casa gracias a unos magníficos pendientes hechos a medida por dos joyeras vizcaínas.

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Arteta inauguró la primera prueba del último programa con un vestido plisado de rayas multicolor, una chaqueta negra y una diadema satinada que dejaban todo el protagonismo a sus pendientes, unas joyas dignas de un gran escenario que, sin miramientos, llevó para hacer un plato «con las sobras que un estudiante universitario tenía en la nevera». Bautizó su elaboración como «La Quinta de Mahler», el nombre de una sinfonía dedicada al amor que los jueces casi acaban convirtiendo en réquiem. Y es que la soprano no convenció a los chefs en la cata y sus duras valoraciones la hicieron derrumbarse por completo. Sin embargo, y aunque no haya atinado esta vez en la cocina, siempre consigue acertar con unos estilismos propios de una gran dama de la lírica.

Ainhoa se ha convertido en la mejor embajadora de la moda vasca. Se casó por cuarta vez con un diseño de la guipuzcoana Isabel Zapardiez, actuó en el Día de la Hispanidad con un vestido de la tienda bilbaína Kalam y homenajeó a la Villa con un mono «azul Bilbao» en su presentación en MasterChef. «Me siento muy orgullosa de llevarlo y de haberlo elegido. ¡Adoro Bilbo!», nos escribía la soprano en el Instagram de Bizkaia Dmoda. Tal es su devoción por la ciudad y por el diseño vizcaíno que, en esta ocasión, eligió una creación de Pradera en colaboración con Musula. La primera es una prestigiosa joyería situada en la calle Iparraguirre 28; la segunda, otra firma bilbaína de carácter artesanal que ofrece piezas cosidas a mano por expertas costureras. Una unión, en definitiva, de la que solo pueden salir cosas buenas.

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«Somos la joyería de referencia de Ainhoa Arteta y cada temporada diseñamos para ella las joyas que pueda necesitar para sus galas, conciertos y programas de televisión», nos confirma Irama Pradera, responsable de Joyería Pradera. Desde 1976, esta firma es un referente para los amantes del buen gusto y la alta joyería. Nacieron en Las Arenas, al abrigo de una sociedad culta y refinada que en vivía esos años los grandes cambios en su tejido industrial y comercial. Más adelante, en la década de los 80 y 90, abrieron tiendas en Bilbao, Madrid y Marbella. Sus joyas son ricas en color, luz y variedad de diseños, y nunca cejan en su empeño de buscar las mejores gemas, piedras preciosas y diamantes como los que se han utilizado en los pendientes de la soprano. Desde hace dos años comenzaron a colaborar con Musula, un taller bilbaíno capitaneado por Mus, Ana y Paloma, alma mater, diseñadora y CEO, respectivamente. Desde 2009 se dedican a elaborar joyas con materiales nobles de alta calidad, como hilos de seda, piedras semipreciosas y naturales, conchas, corales, cueros o plata. «Desde el punto de vista de la joyería, nos encanta su artesanía, su forma de coser. Hacen un trabajo muy depurado», nos explica Irama.

Desde entonces, la responsable de Joyería Pradera y la diseñadora de Musula, a las que además les une una estrecha amistad, se reunen para poner en común su creatividad e «idear cosas locas». Esta sinergia se ha materializado, entre otros, en el modelo ‘Serpenti’ que ha llevado la diva en MasterChef. Se trata de una pieza formada por lazos de oro y diamantes, cabezas de 12 gramos de oro y brillantes de 0.40 quilates. Tiene cierre omega y cuerpo de serpiente realizado con hilo de oro y piedras de onyx, en el que se ha empleado la técnica ‘soutache’, una forma de bordado muy particular que consigue piezas ligeras y cómodas para llevar las 24 horas. Quizás por eso, Ainhoa Arteta los ha llevado en citas tan dispares como en la gala Starlite, en un concierto de David Bisbal o en los fogones más famosos de la pequeña pantalla.

/ CORTESÍA DE JOYERÍA PRADERA

Lo que podría ser una pieza confeccionada desde cero, adquiere aún más relevancia al conocer que se trata de un desmontaje de una joya vintage de Pradera. «Los originales eran unos pendientes clásicos de oro y diamantes con falda de perlas a los que quisimos dar un nuevo aire. Esta creación, en concreto, fue completamente loca, ¡hasta mi madre puso el grito en el cielo!», recuerda divertida Irama.

El resultado de este lavado de cara ha sido una joya con un punto ‘rock’ que, a pesar de estar ideada personalmente para ella, se encuentra a la venta en las tiendas físicas de Joyería Pradera por 1.875 euros. «Ainhoa tiene una colección propia que hacemos a medida tres veces al año y ella escoge según los estilismos de los eventos a los que acude», reconoce Pradera, que desconocía con qué look iba a combinar los pendientes ‘Serpenti’ y en qué ocasión los iba a llevar. «Siempre nos sorprende con los conjuntos que elige. Compartimos estilismos y consejos, pero la decisión final es siempre de ella, por lo que la sorpresa está garantizada», desvela.

Y para sorpresas las que está dando Ainhoa en el concurso, ya que se está posicionando como una de las concursantes más temperamentales de la edición. Arteta es una mezcla de carácter y sensibilidad que no pierde de vista el objetivo con el que entró: homenajear a su madre Esther, «a la que le encantaba cocinar». Con este propósito, su reto sigue siendo el de aprender a cocinar y, sobre todo, dedicarle tiempo a descubrir si ha heredado la sabiduría culinaria de su mentora. Por el momento, va por buen camino.

Enlace a noticia original: https://www.elcorreo.com/bizkaiadmoda/moda/cocinar-sobras-pendientes-20201015182037-nt.html
Publicado en El Correo el 16/10/2020