Al menos 2,000 trabajadores médicos de emergencias de San Francisco comenzarán a usar anillos esta semana que rastrean la temperatura de su cuerpo y otros signos vitales en un primer estudio de este tipo para tratar de identificar el inicio temprano de COVID-19 y ayudar a frenar su propagación.
Además del Centro Médico UCSF y el personal del Hospital General de Zuckerberg San Francisco que usan los dispositivos, UCSF también inició una campaña el lunes para pedir a los aproximadamente 150,000 usuarios de Oura Ring que compartan sus datos médicos con la esperanza de que los investigadores puedan desarrollar un algoritmo que pueda detectar las primeras etapas de coronavirus, antes de que se manifiesten los síntomas.
Es esa detección temprana lo que permitiría a los usuarios buscar tratamiento, aislarse y, especialmente para los médicos y enfermeras que atienden a pacientes vulnerables, quedarse en casa fuera del trabajo. El equipo espera desarrollar un dispositivo de detección temprana COVID-19 para el otoño, cuando los expertos en enfermedades infecciosas temen que el coronavirus regrese para una segunda ola.
“Ayudará a las personas a ponerse en cuarentena antes, a recibir tratamiento antes”, dijo la Dra. Ashley Mason, profesora asistente de psiquiatría de la UCSF que desarrolló el proyecto y es el investigador principal. “Se espera que vuelva en otoño y necesitamos tener herramientas listas”. Es un enfoque novedoso que germinó en una cadena de texto a medida que COVID-19 creció en California.
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